Continúan contabilizándose fallecimientos por coronavirus en las residencias de mayores de Extremadura. Desde que comenzó la nueva normalidad se acumulan ya 24 muertes en un total de ocho de estos centros de la región.
Los pisos tutelados de Berlanga son los que más están acusando de momento el impacto de la pandemia en número de fallecidos tras el Estado de Alarma. A día de hoy son ocho los usuarios que han perdido la vida por con la enfermedad.
Cuatro residencias intervenidas
Junto a los pisos tutelados de Berlanga, intervenidos por el SES, preocupa la situación de otras tres residencias, también intervenidas por la administración extremeña. Se trata de la de Cabeza del Buey, donde han muerto dos usuarios, la residencia 'La Serena' de Castuera con tres fallecidos y 'El Conquistador' de Trujillo con otros tres.
Además, la Residencia de Casas de Don Antonio, con cuatro fallecimientos, no está intervenida sanitariamente por el SES, pero sí trabaja de manera coordinada con la gerencia del área de Salud de Cáceres. También ha habido muertes en la residencia el Prado de Mérida, Santa Isabel de Torrejoncillo y La Consolación de Cáceres. Un usuario ha perdido la vida en cada una de ellas.
En total, son 24 los fallecimientos en los centros de mayores de la región tras el Estado de Alarma.
Un modelo más medicalizado
El Consejero de Sanidad, José María Vergeles ha insistido en el nuevo modelo previsto para estos centros, un modelo más medicalizado. "Tendrán una parte, que será la enfermería, muy desarrollada, para que se les puedan prestar cuidados de enfermería a parte de los cuidados sociales que se les presta en las residencias", ha asegurado Vergeles, que ha añadido que "habrá al menos una residencia por cada una de las áreas de salud que esté coordinada con el hospital más cercano".
Por su parte, los familiares de los usuarios de las residencias demandan más atención para sus mayores al llevar un largo período prácticamente aislados en las residencias. Desde la Asociación de residentes y familiares de la Residencia El Prado de Mérida Isidoro Moreno cree que "al estar confinados sufren, no solo, el deterioro físico, sino un deterioro cognitivo y un deterioro sensorial muy importante, y lo vamos notando. Lo vamos notando semana a semana y cada vez más". Por ello demandan "una atención de estimulación fundamentalmente cognitiva y sensorial".