Este domingo concluye oficialmente la época de peligro alto de incendios en Extremadura, un período que comenzó el 1 de junio y que, aunque inicialmente iba a finalizar el 15 de octubre, fue ampliado por la Junta hasta el 26 de octubre debido a las altas temperaturas y la persistente ausencia de lluvias.
El verano de 2025 ha sido uno de los más duros en cuanto a impacto del fuego, con más de 50.000 hectáreas arrasadas por las llamas. El incendio más grave fue el de Jarilla, que calcinó más de 17.000 hectáreas en las comarcas del Valle del Ambroz, Valle del Jerte y Trasierra-Tierras de Granadilla. También se registraron siniestros de gran magnitud en Llerena, Aliseda y Caminomorisco.

A partir de este lunes comienza la época de peligro bajo, con un ambiente más fresco y húmedo que reduce drásticamente el riesgo de incendios. Con ello, se flexibilizan las restricciones: se podrán realizar barbacoas en el campo y quemas de rastrojos, siempre con autorización.
No obstante, desde el Plan INFOEX se recuerda que, aunque el riesgo disminuye, la prevención sigue siendo clave. La plantilla se centrará en labores de limpieza del monte, preparación de cortafuegos y recuperación de zonas afectadas, incluyendo la retirada de madera quemada para evitar plagas.
El incendio de Jarilla ya figura como el peor registrado en la historia de Extremadura, pero en las zonas afectadas comienzan a verse brotes verdes que devuelven la esperanza a un paisaje profundamente herido.