En un mundo cada vez más volcado en la sostenibilidad, la lana se reinventa como materia prima: desde productos de moda hasta aislantes ecológicos, acolchados agrícolas o artesanía. Y Extremadura es la principal productora lanera de España. Solo en 2024 se esquilaron más de dos millones de ovejas, con una recogida cercana a las 6.000 toneladas de lana, según datos de Cooperativas Agroalimentarias.
Esquila en La Serena
En plena campaña de esquila, que comenzó en abril con algo de retraso por las lluvias y se extenderá hasta principios de junio, las cuadrillas trabajan a contrarreloj. Con la subida de las temperaturas, las ovejas necesitan desprenderse del manto de lana que las protegió durante el invierno.
En la comarca de La Serena, los días arrancan con el sol. “Montamos las mesas y todo lo necesario para esquilar y vamos metiendo ovejas. A eso de las 10 paramos a almorzar”, explica Jonatan Calvo, uno de los esquiladores que, junto a su equipo, atiende unas 1.000 ovejas diarias.
Extremadura, referente en formación
A diferencia de otras regiones, donde esta profesión tiende a desaparecer, en Extremadura el oficio sigue vivo y en expansión. “Aquí en Extremadura no hacen falta esquiladores porque es la única región donde salen esquiladores nuevos. En otras regiones no, pero aquí salen nuevos todos los años”, asegura Daniel Carillo, organizador de la cuadrilla.
Una vez finalizada la campaña regional, los equipos se desplazan a otras comunidades como Zamora, León o Ciudad Real para continuar con su labor. “Sí, vamos para el norte", comenta Jonatan.
La tradición ganadera, el conocimiento del oficio y el valor de la lana como recurso sostenible convierten a Extremadura no solo en líder en cifras, sino también en ejemplo de relevo generacional y futuro para una profesión que parecía en peligro de extinción.