El año pasado, 32 farmacias de la región no alcanzaron una facturación suficiente, la mayoría ubicadas en pequeños municipios cacereños. En lo que va de 2025, esa cifra ha descendido a 23. Este descenso se debe, por un lado, a que algunas farmacias han renunciado a las ayudas por viabilidad económica al haber incrementado ligeramente sus ingresos; y por otro, a que algunas no desean ser reconocidas oficialmente con esa denominación.
Las ayudas actuales son insuficientes
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cáceres, Juan José Hernández Rincón, denuncia que las ayudas actuales son insuficientes: “Las ayudas mínimas que reciben rondan los 9 o 10 euros al mes, y la farmacia que más recibe apenas alcanza los 500 o 550 euros mensuales. Con eso no se puede mantener una farmacia”. Añade que el Servicio Extremeño de Salud es consciente de la situación, pero advierte que, si no se incrementan las ayudas, podrían producirse más cierres.
Han cerrado tres farmacias en la provincia de Cáceres
Otra causa del descenso en el número de farmacias es el cierre de las tres farmacias en Santa Cruz de Paniagua, Robledillo de la Vera y Herreruela. No obstante, estas localidades no pierden completamente la atención farmacéutica, ya que en un corto plazo se habilitan botiquines: pequeños puntos de dispensación gestionados por farmacias de localidades cercanas, que prestan servicio durante unas horas.
Hernández Rincón subraya que la función principal de las farmacias es el suministro de medicamentos, pero recuerda que también desempeñan un papel fundamental en la atención sanitaria de los vecinos.
Desde el Colegio de Farmacéuticos advierten, además, de que el problema de las farmacias rurales podría agravarse con la entrada en vigor de la nueva Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios.