
Así será el funeral. La procesión de entrada incluirá ciriales, la cruz, acólitos, el maestro de las celebraciones litúrgicas con un ceremoniero que llevará un evangeliario, y el ataúd del Papa cargado por los sediarios pontificios. Tras el ataúd, caminarán los diáconos, los cardenales según su orden cardenalicio, y el decano del Colegio Cardenalicio, quien presidirá la celebración. Todos vestirán ornamentos rojos.
El ataúd del Papa se sitúa frente al altar, mirando hacia el pueblo
El ataúd del Papa estará colocado frente al altar, en el piso, mirando hacia el pueblo, con el cirio pascual y el evangeliario abierto sobre el féretro. La misa se celebrará principalmente en latín, con algunas fórmulas en italiano. Las lecturas se hacen en inglés y español, el Evangelio en latín, y las preces en francés, árabe, portugués, polaco, alemán y chino.
Los clérigos visten según su rango
Los clérigos vestirán según su rango: cardenales con mitra adamascada, arzobispos y obispos con mitra simple, y presbíteros con estola roja.
Tras la comunión, el decano se colocará frente al altar y delante del féretro, acompañado por los cardenales y patriarcas de las Iglesias Orientales. Después comenzará la Ultima Comendatio et Valedictio, una última oración de despedida para encomendar a Dios el alma del difunto. Se cantan las Letanías de los Santos, seguidas por una oración del vicario de la diócesis de Roma y la Súplica de las Iglesias Orientales, donde los Patriarcas cantan la Panikhida e inciensan el ataúd.
El decano asperja e inciensará el féretro mientras se canta el responso In Paradisum. Luego, los concelebrantes regresan a la sacristía y los sediarios llevarán el féretro del Papa de nuevo al interior de la Basílica de San Pedro.
El cuerpo del Papa Francisco partirá en coche hasta la Basílica de Santa María la Mayor
El cuerpo del Papa Francisco partirá en coche desde la Basílica de San Pedro hasta la Basílica de Santa María la Mayor, siguiendo parcialmente la antigua Via Papalis. Un grupo de personas pobres y necesitadas estará presente en la escalinata de la basílica para dar el último adiós al Papa.

Durante el traslado del féretro, se entonan el Magnificat y se recitan diversos salmos. El rito de la inhumación incluye el responso rezado por el camarlengo, el atado del féretro con un listón rojo, y la deposición en la sepultura mientras se canta la Salve. El notario del Capítulo de la Basílica de San Pedro elaborará y leerá el acta de la sepultura del Pontífice.