Estamos ante la ola de calor más temprana desde que existen registro. Unas altas temperaturas que sorprenden porque llegan, este año, cuando aún no hemos estrenado el verano astronómico.
Y vamos a tener que acostumbrarnos porque si de 1975 a 2010 se producía una ola de calor en junio cada 7 años, desde entonces la probabilidad es de una cada dos.
Golpes de calor
La consecuencia directa de esta nueva realidad incide directamente sobre la salud, especialmente de las personas vulnerables. Además, aumenta la posibilidad de que se produzcan golpes de calor.
"Vamos a tener que estar preparados para que se produzcan olas de calor y, por tanto, golpes de calor también incluso en primavera", advierte Antonio Sánchez Sánchez, meteorólogo de Canal Extremadura.
La paciencia y el sentido común son las mejores armas para combatir unas temperaturas para las que no hay antídoto.