El campo vuelve a la normalidad. Los jornaleros han recogido la fruta durante toda la mañana. Ayer pararon, estaban previstos tres días de huelga, pero tras un acuerdo in extremis, hoy han vuelto al trabajo.
Una negociación in extremis y de madrugada entre organizaciones agrarias y sindicatos permitió desbloquear el conflicto. La sede, la Presidencia de la Junta de Extremadura. El mediador, el propio presidente del ejecutivo extremeño, Guillermo Fernández Vara.
Y el acuerdo, un complejo documento que sintetiza dos años de duras negociaciones. Estas son las claves del pacto:
- Jornada laboral: No aumenta y se mantiene en 6 horas y media como tiempo efectivo de trabajo. Ese adjetivo es importante: tiempo efectivo; es decir, si los trabajadores paran para el bocadillo, tendrán que recuperar ese tiempo posteriormente en el caso de jornadas por debajo de las 6 horas y media. Si trabajan más horas al día por jornadas irregulares o horas extraordinarias, el descanso sí se considerará tiempo efectivo de trabajo.
- Sueldo base: Queda fijado en el Salario Mínimo Interprofesional, es decir, 1.000 euros brutos al mes en catorce pagas.
- Complementos: A ese sueldo base se sumarán los complementos: se mantienen los pluses por nocturnidad, lluvia, fumigación y se desencalla el principal conflicto... el cómputo de la antigüedad en los fijos discontinuos. Sólo se tendrá en cuenta a efectos de antigüedad los meses trabajados cada año y no el año completo.
- Retroactividad: El convenio tendrá retroactividad desde el pasado 1 de enero en cuanto al salario y con respecto a la antigüedad la retroactividad será efectiva en relación a la antigüedad que se refleje en la nómina de cada trabajador.
- Vigencia: Este punto está pendiente de cerrar. La patronal se inclina por una vigencia larga, de al menos tres años, mientras que los sindicatos no descartan este plazo siempre que se establezca una cláusula de revisión salarial al menos a partir del segundo año de vigencia.