Asegura Greenpeace que el 44% del agua subterránea en España está en riesgo. En nuestra región, sobre todo, las masas de agua del sur. Y una de las principales causas son los pozos ilegales.
Más de ciento noventa se han descubierto estos tres últimos años solo en la Confederación del Guadiana y más de doscientos en el caso del Tajo. Es la Guardia Civil quien suele iniciar estos expedientes que se multiplican en época de sequía.
Cada mes los agentes descubren entre tres y ocho pozos ilegales. En sus vistas a fincas y ganaderías se encargan de que toda la documentación esté en regla. Por un lado, el permiso de minas obligatorio a la hora de la perforación donde se incluye el proyecto de la obra de captación, que debe estar firmado por un ingeniero de minas. Por otro está el correspondiente permiso de la confederación hidrográfica pertinente y la licencia de obra municipal.
Aseguran tanto ganaderos como muchos ayuntamientos a los que la sequía les ha obligado a buscar sus aguas subterráneas que la suerte es un factor importante. Del número de veces que se tenga que perforar depende en gran medida el coste de la obra, que suele rondar los treinta mil euros.
Desde la Confederación Hidrográfica del Tajo recuerdan que legalizar un pozo ya existente no es tan complicado, aunque en caso de escasez se pueden denegar. Aseguran desde que cada vez se legalizan más, en torno a unos 500 pozos al año.
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