Las organizaciones agrarias hacen un balance muy negativo del 2020. El año, marcado por la pandemia, comenzó con múltiples reivindicaciones en las calles y ciudades pidiendo unos precios justos para el campo extremeño. Después, la aparición de la pandemia y el confinamiento incrementó el consumo en particulares pero provocó el desplome en la hostelería. Las restricciones en la exportaciones y el incremento de los costes de producción debido a las medidas de seguridad frente al coronavirus también ha agravado la crisis para agricultores y ganaderos.
Todos los sectores se han visto afectados muy negativamente por la pandemia. En la agricultura el peor parado es el sector del olivar tradicional, que ha pasado de recolectar 100 millones de kilos a tan solo 10 millones. Otros sectores muy perjudicados han sido el tomate, la fruta, el almendro y la miel, con una reducción de precios de hasta el 50%. Además, las organizaciones agrarias se han mostrado muy críticas con la gestión de la administración y reclaman más ayudas a agricultores y ganaderos afectados por la pandemia, ya que consideran que las que otorgadas hasta el momento son insuficientes. Para el 2021, ambas organizaciones advierten de que continuarán con las reivindicaciones y se marcan como retos la nueva PAC y la nueva ley de mejora de la cadena agroalimentaria.
Como preocupaciones de cara al nuevo año, aseguran, les siguen inquietando el brexit y los aranceles impuestos por EEUU aunque el principal objetivo es conseguir que mejoren los precios.