El 31 de diciembre la Junta de Extremadura cerró todas las residencias para evitar contagios durante el proceso de vacunación. Había que administrar dos dosis con una separación de 21 días y esperar una semana más para que el fármaco genera la inmunidad. Pasados esos 28 días, las residencias vuelven a recibir vistas, ahora, sabiendo que los usuarios están más protegidos. Gracia Ramiro, directora de la residencia Puente Real II de Badajoz, reconoce que "se trata de un día muy especial" en el que recuperan la vida que tenían a finales del año pasado pero con "otro semblante", gracias a la seguridad que da saber que tanto usuarios y trabajadores están más protegidos.
En muchos centros se han mantenido los encuentros, pero siempre a través de paredes de cristal. Matilde Ceferino lleva sin salir de su residencia desde el pasado 14 de marzo, y asegura que fue "muy fuerte" tener que ver a sus nietos en navidad a través de una mampara trasparente.
Carlos Carroza también ha visto a su madre a través del cristal, pero mañana su hermana será la primera que vuelva a encontrarse con ella, reconoce que ya tenían muchas ganas de "tener un contacto más próximo con ella".
Quienes más se van a beneficiar de esta apertura son las personas que se encuentran encamadas o que sus dolencias les han impedido asomarse a ese muro de cristal, ahora, tras la vacunación, podrán ver de nuevo a sus allegados. El director gerente del Sepad, José Vicente Granado, recuerda que todavía hay que tener mucho cuidado, "no vamos a poder dar abrazos ni besos", pero sí se podrá mirar a los ojos sin nada de por medio, e insiste en la necesidad de ser cuidados hasta que sanidad verifique cómo responden las vacunas.
En las residencias de la región ya han sido vacunadas 13200 personas, aunque todavía faltan algo más de un millar que no pudieron empezar el proceso por tener casos de COVID19. Menos de un 5 por ciento ha rechazado recibirla.