Este año en las tiendas de telas, complementos y disfraces de carnaval no hay colas, ni tampoco el bullicio de cada mes de febrero. Un sector que en este mes hace caja para poder afrontar los gastos de casi todo el año. Los propietarios están resignados y esperan que el esfuerzo de este año sirva para que el año que viene el carnaval "se viva con más fuerza que nunca".
En el establecimiento Los Murga, de Badajoz, en los 97 años que llevan abiertos, muy pocas veces habían vivido algo similar. Rubén García, uno de sus dependientes "asegura que ojalá este parón sea por una buena causa y el próximo años todos podamos volver a salir a la calle sin miedo a nada".
Otro de los comercios afectados por la suspensión del carnaval es Sergio Perera, propietario de Casa Espada, tienda de disfraces fundada en 1875. Recuerda con anhelo que "la gente fuera con ropa de calle a la tienda y saliera disfrazada para irse de fiesta".