Le gusta que llamen loco enamorado. A él no. A Antonio, un imponente guerrero rendido a los pies de una morenita caprichosa y poderosa a partes iguales. También está prendado de la vida, "y eso pasa por encima de todo", dice Lluís Homar. Habla mucho. Antonio no, él. Su experiencia sobre la escena da para llenar una semana de informativos. El actor regresa a Mérida por tercera vez (fue ciudadano de Hélade antes que Prometeo). "Uno no se olvida de haber trabajado aquí", asegura. Será el triunviro romano en 'Antonio y Cleopatra' junto a Ana Belén. "Yo soy lo que soy, pero incitado por Cleopatra". Antonio es Roma: el canon, la norma; Cleopatra es Egipto: color, exuberancia, pasión. Dos mundos opuestos que se atraen irremediablemente.
"El sentido último de estar vivo es ser"
"Antonio ama a Cleopatra, pero también ama la vida", dice Homar. Y por eso su muerte no cobardía ni huída, "es un viaje hacia la eternidad". El gran general romano, harto ya de combates y confabulaciones, quiere descansar en su dama, pero el deber le requiere y le pesa. "Yo creo que ahí está el combustible principal de este personaje. Es noble, ambicioso, el mejor guerrero. Está lleno de contradicciones, pero es irreductible al mismo tiempo", explica. "No es el valor de César el que ha vencido a Antonio, sino el de Antonio el que triunfa sobre él mismo", exclama el personaje hacia final de la obra, a las puertas de su última batalla: ser o aparentar, esa es la cuestión. Y, claro, Antonio gana. "El sentido último de estar vivo es ser", sentencia Lluís Homar. Somos semidioses, recuerda que les repite a menudo José Carlos Plaza, porque tenemos esa dimensión humana, pero en el fondo hay algo nuestro que trasciende.
'Antonio y Cleopatra' es una coproducción del Festival de Mérida y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que dirige Lluís Homar. "Yo ya había trabajado con José Carlos Plaza, un maestro de maestros y gran conocedor del universo 'shakesperiano' (mejor sespiriano)", cuenta el actor. Buscando juntos un texto se toparon con 'Antonio y Cleopatra' y de ahí "enseguida a Ana Belén, una persona, profesional y actriz extraordinaria". El montaje llega a Mérida precedido del éxito de su estreno en Almagro. "Ayer hicimos un ensayo general y, realmente esto es único. Es decir: las palabras, el espacio... Es un regalo de los dioses, algo que los dioses nos han cedido y que nos permite conectar el presente con lo eterno".