La falta de lluvia es uno de los problemas que más preocupan a la gente del campo. A la sequía hay que sumarle la guerra en Ucrania y la aplicación de la nueva PAC. Así lo aseguraba el secretario general de UPA, la Unión de Pequeños Agricultores, en Canal Extremadura Radio. Lorenzo Ramos considera que hay que actuar para hacer frente a esas tres cuestiones.
Se deben tomar medidas inmediatas ante la sequía, porque buena parte de la cosecha se ha perdido en el sur de la Península. El cereal del norte, dice Ramos, podría salvarse, aunque las pérdidas, también para los ganaderos, son irrecuperables. El déficit de agua ha dejado también en precario las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir: "por mucho que llueva va a ser imposible tener agua en condiciones para hacer una campaña normal. Una gran parte de los cultivos de regadío de esas dos cuencas no se van a poder sembrar".
Planificación de cosechas
El secretario general de UPA recordaba que los agricultores tienen que planificar y preparar la tierra y la falta de lluvia en muchos casos les sitúa ante una disyuntiva: si merece o no la pena sembrar porque quizás no puedan recoger la cosecha. "Al final tienen que arriesgarse, dependiendo de si va a haber disponibilidad de agua. Las comunidades de regantes también tienen una situación muy complicada porque si les han dicho que solo pueden dar un 20 % de agua a los agricultores con eso no van a poder sacar sus cosechas adelante".
Los cultivos de maíz o arroz lo tienen difícil esta campaña ante las previsiones meteorológicas, reconoce Lorenzo Ramos. En el caso del tomate, podría esperarse hasta el último momento para decidir su siembra. Por eso, reclama que las ayudas se hagan efectivas de manera inmediata: "no hay impedimentos para que se den ayudas directas de 25.000 euros por agricultor por el tema de "minimis", también un paquete de medidas relacionado con las tarifas eléctricas, de riego, las reducciones de cuotas de la Seguridad Social, todo el tema fiscal...".
Consecuencias de la guerra en el campo
En cuanto a la situación provocada por la invasión rusa de Ucrania, el secretario general de UPA reconoce la dependencia de España de ambos países en productos alimentarios. Cree que la solución es ser capaces de producir aquí lo que les compramos: "en la medida que podamos, dentro de la UE, produzcamos todo lo que podamos para garantizar la soberanía alimentaria y en eso la agenda medioambientalista tendrá que apartarse un poco y dar prioridad a la seguridad alimentaria".
La nueva PAC
Por último, la aplicación de la nueva PAC genera dudas en el sector agrario y ganadero. Sobre todo, dice Ramos, por exigencias medioambientales tales como que un 25 % de la superficie se destine a agricultura ecológica, o la reducción en el uso de fertilizantes o fitosanitarios: "pero cuidado con meter ya, aprovechando la agenda medioambientalista, que los grupos ecologistas nos estén metiendo cada vez más cosas que nos hacen muy complicada la producción de alimentos".
Se estaría a tiempo, asegura, de corregir esas cuestiones, porque no hay que olvidar, añade, que la PAC nació para garantizar la alimentación asequible de la ciudadanía de la Unión Europea.