Sin ocultarlo, los cabecillas de la trama Minuro, que se dedicaba al tráfico de droga, ironizaban en las redes sociales con su actividad delictiva. Alardeaban incluso en numerosos vídeos de su alto tren de vida y parecían sentirse impunes.
Pero toda esa información publicada por ellos mismos se les ha vuelto en contra. Le ha dado muchas pistas a la policía para perseguir el delito.
No es la primera vez que esto pasa en Extremadura. Durante el primer Estado de Alarma, gracias a un vídeo que circuló en redes sociales la Policía Nacional identificó y multó a nueve personas por incumplir las prohibición de salir a la calle al simular una procesión de Semana Santa.
Los cuerpos policiales están ya muy experimentados en perseguir los delitos publicados en internet. Ocurre especialmente con las infracciones de tráfico.
Por ejemplo, gracias a otro vídeo que circuló en redes sociales al conductor de un vehículo que transitaba en 2018 entre Helechal y Monterrubio de la Serena se le pudo retirar el carné por conducir a 240 km por hora.
Estas infracciones se llegan a castigar porque la Guardia Civil dispone de un grupo de más de 8.000 agentes en toda España que se dedica, entre otras misiones, a perseguir las prácticas de conducción temeraria que se publican en internet.