Las lluvias traídas por la borrasca Garoé han supuesto un alivio para los embalses de Extremadura, que han visto aumentar sus niveles de agua de manera significativa. Este incremento es clave para garantizar el abastecimiento y el riego en la región, tras meses marcados por la incertidumbre hídrica.
Cuenca del Guadiana
El embalse de Los Molinos, en Hornachos, ha aliviado agua en los últimos días, reflejando el impacto positivo de la borrasca Garoé en las cuencas extremeñas. Actualmente, los embalses de la cuenca del Guadiana alcanzan el 42,6% de su capacidad, lo que supone un aumento de 14 puntos respecto al año pasado.
Según explica Samuel Moraleda, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, esta es una excelente noticia para asegurar los distintos usos del agua, tanto para el regadío como para el abastecimiento, que ya está garantizado para la próxima campaña. Destacan los embalses de La Serena y Cíjara, que han acumulado 30 y 20 hectómetros cúbicos más respectivamente. Asimismo, el embalse de Tentudía, uno de los más necesitados, ha superado el 40% de su capacidad, dejando atrás la situación de emergencia de años anteriores.
Cuenca del Tajo
En la provincia de Cáceres, la cuenca del Tajo, menos afectada por la sequía, ha alcanzado el 63% de su capacidad, con un incremento de 8 puntos gracias a las recientes lluvias. Irene Melón, de la Confederación Hidrográfica del Tajo destaca que el embalse de Alcántara y el de Gabriel y Galán han sido los más beneficiados, aunque aún se encuentran lejos del 86% registrado el año pasado.
El año pasado contó con un otoño muy lluvioso, mientras que este ha sido más seco. Sin embargo, con un inicio de 2025 favorable, se espera que la primavera traiga nuevas precipitaciones que garanticen no solo esta, sino también futuras campañas de abastecimiento y riego.
