No sale gratis pinchar con una jeringuilla. La cárcel es una de las posibilidades para quienes estén haciéndolo con el objetivo de someter químicamente a las víctimas: hasta 15 años. Pero, se inocule o no se inocule droga, hay un delito de lesiones. Existe el riesgo de contagiar a las víctimas VIH, hepatitis... Y, además, pinchar es un sinónimo de agredir.
Fernando Cumbres, abogado, asegura que "pinchar con un alfiler, una chincheta o una jeringa, sin inocular, se puede entender como un delito leve de lesiones o un delito de maltrato de obra, que lleva aparejado una multa". En el caso de una enfermedad como el sida, se trataría de un "delito de lesiones cualificadas de seis a doce años de prisión".
Bulos
Tampoco sale gratis difundir bulos, como el de la semana pasada en Plasencia. Lo denunció el propio alcalde. "Si el bulo consigue la movilización de medios policiales, sanitarios o de emergencias, sí podríamos encontrarnos un delito tipificado con penas de tres meses a un año de prisión", asegura Cumbres. Cualquier bulo que pueda ocasionar un perjuicio económico o reputacional para un tercero, puede conllevar una "reclamación económica por un perjuicio a los daños morales.
Contribuir a que el pánico se expanda es también machista. Por eso, la Junta pide que se siga denunciando. Estela Contreras, directora general del Instituto de la Mujer de Extremadura, apunta que denuncien, que no están solas, y que desde la Junta las van a proteger y van a reparar el daño. Por su parte, José María Vergeles, solicita que se frene el efecto llamada, ya que "no podemos crear este tipo de sociedad y entre todos tenemos que hacerlo posible".
Inocular droga puede ser fatal. Inocular otras enfermedades, mortal. Inocular el pánico entre las mujeres y la sociedad también es delito en el código penal.
Quien pinche a una persona se enfrenta a multas de elevadas multas de hasta 400 euros al día y a penas de cárcel de más de diez años.