Juan Andrés Alvarado, con ayuda de otros tres compañeros, recibe en su clínica veterinaria de Cáceres una media de 50 pacientes. La mayoría son perros, pero también tratan a gatos.
Llegan hasta aquí, sobre todo, tras sufrir un episodio de vómitos que sus dueños no son capaces de controlar.
"Ahora nos vamos a encontrar con montones de espigas que se le meten en la nariz, en lo oídos... y causan bastantes problemas"
Hacen curas, pero también se encargan de la prevención de enfermedades.
"Las enfermedades que ellos tienen, como también se no pueden pegar a nosotros... cada vez los cuidan más a ellos y nos cuidamos más nosotros"
A pesar de toda su labor, consideran que no están suficientemente valorados.
"Esa gran responsabilidad y esa presión para que se sane su animal, muchas veces a nivel social y económico no se ve recompensada"
La profesión de veterinario estuvo ligada al hombre durante décadas, aunque por suerte las mujeres veterinarias se van imponiendo. Nos lo dice María Galán.
"Cada vez más la sociedad ayuda a que a las mujeres en general y en este tipo de trabajo se nos reconozca cada vez más"
Sin duda, esta profesión permite que miles de familias de toda la región se sientan más completas y felices que nunca gracias al perfecto estado de salud de sus queridas mascotas.