3 Septiembre 2025, 14:01
Actualizado 3 Septiembre 2025, 14:01

Metidos ya de lleno en el mes de septiembre, estos días son para muchos tiempo de regresar al trabajo. Esta vuelta a la rutina puede generar sensaciones de lo más diversas, que van desde la pereza hasta la ansiedad. En Canal Extremadura, la psicóloga Luz Cayado ha dejado claro que el síndrome postvacacional no es una enfermedad mental. Sus principales manifestaciones son el cansancio, la irritabilidad y la apatía en ese regreso a la rutina. Y por lo general dura algunas semanas.

Múltiples factores

El tipo de trabajo, la duración de las vacaciones y la personalidad son factores que hacen que esos problemas afecten más a unas personas que a otras. En entornos en los que nos sentimos incómodos, por ejemplo, esa vuelta al día a día nos va a costar más. Eso también puede ocurrir después de una ausencia prolongada. Los síntomas que pueden indicar que estamos pasaando por un proceso de adaptación complicado pueden ser la falta de energía, la dificultad para concentrarse y un peor rendimiento de las horas de sueño.

Luz Cayado

Según la experta, únicamente deberíamos empezar a preocuparnos o a buscar ayuda profesional cuando el cuerpo empiece a mostrar síntomas como presión en el pecho, o cuando nos cueste especialmente levantarnos de la cama. En esos primeros días de regreso a nuestas rutinas, Cayado recomienda que se planifique la vuelta al menos dos días antes de que se reanude la actividad laboral. Conviene -dice- dejar en medio algún día de reposo absoluto.

Hacerlo gradualmente

Para que la vuelta al trabajo no se nos haga tran brusca, es aconsejable -nos cuenta la psicóloga- regular el sueño unos días antes para ir recuperando el horario habitual. Y si es posible, hacer una incorporación progresiva al trabajo. También mantener algún hábito saludable propio del verano, como dar un paseo; y quedar antes con los compañeros para ponerse al día de lo hecho en vacaciones. Un adecuado descanso, una buena alimentación o la desconexión digital son importantes no sólo ahora, sino en cualquier momento de nuestra vida.

oficina

Los buenos hábitos nos equilibran, asegura Luz Cayado, que opina que la intensidad del síndrome postvacacional no tiene por qué ser también un síntoma de que no estamos a gusto con nuestra actividad laboral. Eso -asegura- lo definen otras señales, como la ansiedad o la depresión, pero éstas afloran a cualquier altura del año. Y considera una buena idea aprovechar estos días de bajón anímico para reflexionar sobre hábitos, vida laboral o prioridades. Puede ser una ocasión oportuna -concluye- para meditar sobre cómo mejorar nuestra vida.