El Tribunal Supremo permite que se puedan realizar las exhumaciones de las víctimas del franquismo enterradas en Cuelgamuros (antiguo Valle de los Caídos). Lo hace tras rechazar el recurso de la Fundación Francisco Franco y de un particular, que habían paralizado los trabajos de un proceso que comenzó hace casi siete años.
Para algunos familiares llega tarde
La luz verde a las exhumaciones permitirá recuperar los restos del tío abuelo de Francisco Cebrián, José, el último fusilado de Almendral, una de las 261 víctimas extremeñas cuyos restos permanecen en Cuelgamuros.
Para los hijos de José llega muy tarde la resolución del Supremo. "Cuando a estos los mataron no hubo supremo ni suprema ni nada, pero, claro, dicen que era una guerra, yo no sé qué guerra. Lo cogieron y lo asesinaron. José no estaba en ninguna guerra", señala Francisco Cebrián de su tío abuelo.
"Un triunfo"
A pesar de que mucho familiares no verán ese momento, los que quedan, los que han tomado el relevo, ven cumplida su reivindicación. Francisco Cebrián recuerda una conversación con sus primos en la que anhelaban: "Aunque encontráramos un solo hueso. Uno solo. Si ese hueso ya pudiera estar enterrado con su mujer y con sus hijos, nos dábamos por satisfechos".
Ángel Olmedo, historiador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, la ARMHEX, recuerda que "los restos de las personas republicanas fueron sacados de fosas comunes de las que se sacaron sin permiso de sus familiares, pero también hay personas que combatieron en el bando franquista cuyos familiares también han reclamado que se saquen esos restos de allí"
El proceso comenzó en 2016 cuando un juez reconoció a la familia de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña, fusilados en 1936, el derecho a la exhumación y traslado de sus cuerpos.
