Manuel Gómez tiene sembradas diecisiete hectáreas de brócoli en Guadajira (Badajoz). Este año le costará más producir lo mismo que otros años. "Los costes se han disparado y se han ido ya a 4.000 euros hectárea. Han vuelto a subir los salarios, la seguridad social... la luz eléctrica está por las nubes, el gasóleo nos ha subido una barbaridad. Y los abonos casi han duplicado su precio", lamenta.
Quiere comenzar la recolección la próxima semana. Recogerá unas doce toneladas y el precio que ha cerrado por contrato con la industria transformadora es de 260 euros por cada mil kilos. Son 40 euros menos de lo que consideran como precio razonable. "Prácticamente sin beneficio alguno. Ya nos planteamos no repetir y no sembrar."
Su brócoli irá a una empresa de producción y distribución de vegetales ultracongelados, no se venderá fresco. Va a recibir 26 céntimos por kilo; pero el consumidor llegará a pagar alrededor de un euro y medio en el supermercado.
"Eso es totalmente injusto. Yo no sé quién se queda los márgenes, pero desde luego, de todos los pasos que da el producto, el que más tiempo lo trabaja es el productor", explica Manuel.
Suben los insumos
El brócoli es solo un ejemplo de los muchos productos del campo que se recolectan casi a pérdidas estos días en Extremadura. Sucede lo mismo con la aceituna y los cítricos.
El campo está viendo cómo los fertilizantes han subido en los últimos meses entre un 64 y un 100%, según aseguran desde el sector. Los combustibles entre un 40 y un 50%. La energía eléctrica, más de un 270%. A lo que habría que sumar también la mano de obra, que habría subido un 30% con respecto a las últimas campañas. Unos costes que, aseguran, no se trasladan a los precios que les pagan por sus productos.
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