Ni la pandemia ha podido con la boda de María Coronada y Francisco Javier. Estos jóvenes de Los Santos de Maimona han celebrado este sábado el feliz evento, que empezaron a organizar hace un año, a pesar de las restricciones y las medidas de seguridad.
Con menos invitados de los previstos inicialmente, la mitad, y con la mascarilla como complemento indispensable, al final todo ha salido como esperaban. Aunque los novios reconocen que los cierres perimetrales era una de sus principales preocupaciones.
"Pensábamos que habría más restricciones, pero hemos sido poquita gente y hemos estado muy tranquilos y muy contentos"
"A pesar de esto de la pandemia, ha salido todo muy bien. Pensábamos que habría más restricciones, pero hemos sido poquita gente, hemos estado muy tranquilos y muy contentos", ha explicado emocionada la novia.
Restricciones en la iglesia y el restaurante
Las medidas sanitarias en la Iglesia han pasado por respetar el aforo máximo de un tercio de su capacidad, además de llevar mascarilla obligatoria. En el caso de los novios no era necesaria, pero las propias tiendas se las regalaron a juego con sus trajes, como un complemento más.
Y en el restaurante, esas restricciones han obligado a que los aperitivos hayan sido individuales, las mesas no hayan superado los seis comensales y se haya respetado siempre la distancia de seguridad. El dueño reconoce que siguen organizando estos eventos, a pesar de que puedan fallar invitados, por el compromiso contraído con sus clientes.
La celebración puede contar además con baile y barra libre de pie. Un final, sin duda, feliz y seguro para todos.