El Gobierno y las comunidades autónomas han abordado el plan de afectados por los aranceles de Trump. Extremadura ha conseguido que se incluya un observatorio de seguimiento con los sectores afectados y que, al hacer el reparto de ayudas, se tengan en cuenta también los efectos indirectos que tienen los aranceles.
Frenar el efecto arancelario sigue siendo uno de los retos del Gobierno central. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha presentado el nuevo PLAN ICEX, que incluye medidas para reforzar la internalización de las empresas españolas, especialmente PYMES. Dos de las medidas se basan en el asesoramiento personalizado, señala cuerpo que son "un plan de atención personalizada para 500 empresas que suponen el 77 por ciento del total de las exportaciones españolas a EEUU y el programa Incest Invest Spain que permite conectar a 100 inversores extranjeros con pymes españolas que impulse su integración en las cadenas de valor globales".
El programa también incluye otras tres medidas, para unas 1.000 empresas, que les permita fortalecer su crecimiento. Extremadura, que ha formado parte de la Conferencia sectorial en la que se ha acordado este plan, sale de ella con sensación agridulce. Tres de las propuestas realizadas por la Junta han sido aceptadas, señala el consejero de Economía, Guillermo Santamaría: "La internalización única a nivel europeo con EEUU, el establecimiento de un observatorio y que, al hacer el reparto de ayudas, se tenga en cuenta el impacto directo e indirecto"
Por contra, no habrá, al menos por el momento, ni ayudas directa a las empresas ni reformas estructurales. El impacto de los aranceles en nuestra región se traduce, de manera directa, en 56 millones de euros. Y otros 179 de forma indirecta.