Resisten los numantinos en octavas reales y en verso también es el asedio de los romanos. Pero la lengua de Cevantes, no suena a siglo XVI en el Teatro Romano de Mérida, sino a siglo XXI: a Gaza, a Ucrania y a las 25 guerras que hay en África y de las que no se habla.
Un pueblo que se planta ante el aplastamiento de su libertad es el tema que busca subrayar José Luis Alonso de Santos. Dice el director que trabajar en verso no ha sido fácil, que los actores y actrices están demasiado acostrumbrados al melodrama. Pero Arturo Querejeta, Javier Lara, Pepa Pedroche, Jacobo Dicenta, Karmele Aramburu, Carmen del Valle (y así hasta más de una veintena) declaman acercando el verso de Cervantes a temas contemporáneos.
Entre ellos, al grito de las mujeres: siempre doblemente víctimas en todas las guerra. Pero también al de los niños o al de los amantes (Ania Hernández, Andrés Picazo). Una contemporaneidad que el director ha vestido de esmoquin, tendiendo un puente entre pasado y presente, a través de las alegorías de Cervantes. Para la época romana, sin embargo, toga, palla y sandalias. Y un teatro desnudo como escenografía.
Hay, además, una sorpresa que no vamos a desvelar. Solo diremos que si van, verán a los más de 20 actores y actrices en cualquier rincón del frente escénico...y a cualquier altura.