Extremadura se convierte en el mes de mayo en un auténtico santuario para las aves. Tras migrar desde el sur, encuentran aquí las condiciones ideales para reproducirse.
Ismael Sánchez, miembro de Adenex, explica: "Todas están en reproducción, algunas con segunda puesta. Y ya ha terminado, pero hace unas semanas podía verse el paso prenupcial: aves de África que usan esta zona como estación para cargar fuerzas".
En dehesas y sierras como la de San Pedro, los llanos de Cáceres o Monfragüe, especies protegidas como el alimoche, la cigüeña negra, la blanca o la aguililla calzada crían también a sus polluelos. Es un espectáculo de la naturaleza en el que todos los sentidos cuentan.
Para Paco Castro, voluntario de Adenex, "el oído es primoirdial, proque hay aves que no s ven, están entre los juncos, las eneas, el ruiseñor bastardo, el común, que ha venido hace poco, que vienen a los machos en canto, que en Mérida no se escucha pero cercas sí, el verdecillo que estoy escuchando ahora..."
Porque la vida se abre paso en cada trino, cada nido... y cada cada vuelo.