Un hongo ha acabado con el último gran olmo de Plasencia. Tiene más de 200 años de vida y 10 metros de altura. Era un árbol muy apreciado por los placentinos y muy ligado a la ermita de la Virgen del Puerto por su ubicación. Su tronco se mantendrá en el mismo lugar a modo de homenaje. La capital del Jerte llegó a contar con uno de los mejores conjuntos de olmos de España.
La conservación de los árboles singulares es una prioridad de la administración regional. Hay declarados medio centenar de encinas, alcornoques, olivos, robles y castaños. Todos ellos centenarios y testigos de la historia.