Un hombre mira los escombros de un avión militar que fue derribado durante la noche en Kiev, Ucrania, el 25 de febrero de 2022. Las tropas rusas ingresaron a Ucrania el 24 de febrero, lo que llevó al presidente del país a declarar la ley marcial.
La ucraniana Olga Bech, residente en Mérida y casada con un excomandante ucraniano de la antigua URSS, ha pedido a Rusia que se vaya de su país y ponga fin a un conflicto bélico, del que nunca pensó que fuera a iniciarse.
"Que nos dejen tranquilos... nosotros queremos vivir como Europa, no como Rusia", ha añadido Bech, de 57 años, cocinera de profesión en un restaurante emeritense y que llegó a España hace 22 años.
En una entrevista concedida a EFE, y con lágrimas en los ojos y muy nerviosa, Bech ha expresado su "miedo y preocupación" por su país y, muy especialmente, por su madre, de 75 años, sus dos hermanas, su hija y su nieto, quienes viven cerca de la frontera con Polonia.
"Pensaba que esto no ocurriría, que después de muchas palabras y conversaciones esto ´-la tensión diplomática- terminaría", ha dicho Bech, quien ha asegurado no entender "qué tiene en la cabeza Putin" para "comenzar una guerra".
"Antes vivíamos como una república como hermanos y ahora un hermano -en alusión a Rusia- viene a matar a sus hermanos y hermanas", ha lamentado esta ucraniana, que tenía previsto viajar a su país en abril, pero que ahora no ve posible.
Según ha relatado, su marido, excomandante ucraniano de la antigua URSS, "sí quiere ir" a defender a su país frente a la invasión rusa.
Bech y su marido, ya jubilado, son dos de los cerca de 240 ciudadanos ucranianos que viven en Extremadura, donde residen unos 140 rusos, aproximadamente, según datos del padrón municipal.