Han sido 6 años, la edad que tiene el niño, de entradas y salidas del hospital. Épocas en las que el tratamiento frenaba el crecimiento del tumor y otras en las que había que regresar a oncología. Ahora, después de otro año y medio de procedimiento médico, Pablo, por fin, tocaba la campana de la esperanza en el hospital materno infantil de Badajoz. Él mismo nos ha contado que “ha sido muy guay” y Saray que su hijo “llegó tocando las palmas” .
Pablo hace vida normal con las limitaciones provocadas por el cáncer: ha perdido la visión total de un ojo y parte de la del otro. En casa, para que él lo entienda, le han dicho que de bebé le entró un bichito en los ojos y que, para acabar con él, tiene que ir al hospital a recibir sus poderes. Unos poderes que ayudarán a acabar con el bichito.
Saray también nos ha hablado del miedo que siente en cada una de las pruebas que le realizan a su hijo y también de como la forma en la que Pablo ha llevado toda la enfermedad les ha ayudado a afrontarla de la mejor manera.
Pablo y su familia no han estado solos en todos estos años y para darles un nuevo chute de energía hoy todos los alumnos del colegio María Josefa Rubio de Esparragalejo le han dado una bonita sorpresa. Han esperado a que llegara al centro y le han recibido con globos amarillos y música.
Y es que todos, también los héroes, saben que los poderes del amor nos hacen más fuertes.