La falta de lluvias comienza a afectar de manera grave a los embalses de la cuenca del Guadiana. No llueve, los embalses siguen bajando y el problema cada día es más grave. El embalse de Alange está al 21%, situación similar a la de Tentudía. Al 18% está el Cíjara y peor aún el embalse más grande de España, La Serena, que no llega al 15%.
Toda la cuenca del Guadiana en conjunto empieza a estar en situación crítica: al 28% de capacidad según los datos de esta semana. Tendría que llover durante mucho tiempo para que se solucionara la actual situación de escasez de agua embalsada.
Algo difícil si miramos las tendencia oficial de modelos que hay a medio plazo. Esa tendencia indica que no lloverá de forma significativa durante, al menos, seis semanas. Una tendencia probable que solo se rompería con un cambio no esperado de la situación meteorológica.
No hay que olvidar que vivimos en una zona del planeta con la sequía como fenómeno recurrente. Un fenómeno cada vez más impredecible en su comportamiento debido al efecto del cambio climático. Tras años con experiencias semejantes, la solución no solo pasa por esperar a que llueva o repartir correctamente la escasa agua que queda, sino en una gestión eficiente y responsable del agua embalsada en años anteriores.