El siluro es el pez más grande que puede encontrarse en Extremadura. Se puede pescar el río Tiétar, en el Alagón y en algunos de nuestros embalses, como el de Alcántara o Valdecañas. Cada vez son más las asociaciones de pescadores que avisan sobre su voracidad y lo rápido que está acabando con muchas especies autóctonas.
50 años en España
El siluro lleva media década en aguas españolas. Fue un pescador alemán quién lo introdujo en el Ebro y, desde entonces, se ha extendido por numerosos ríos de la península, incluidos los extremeños.
Se le conoce también como pez-gato y es el pez de agua dulce más grande de Europa. Puede rozar los tres metros de longitud y su peso también es descomunal, pudiendo encontrar ejemplares de hasta 120 kilos. Es omnívoro y devora todo lo que encuentra a su paso: todo tipo de peces y hasta llegó a comerse a un perro en el río Tiétar.
Llama la atención también su longevidad pues puede vivir entre los 30 y los 40 años. Crecen las voces que avisan sobre los peligros del siluro en Extremadura, incluido en el catálogo de especies exóticas invasoras que está modificando el ecosistema nativo de los ríos.
Presa del Jerte
Hace seis años apareció en las aguas del Jerte el siluro. Desde entonces, los pescadores hacen todo lo posible por acabar con esta especie. Y es que la presencia de esta especie invasora
puede suponer un gran impacto en los ecosistemas acuáticos.
También es una especie muy resistente a las aguas fanganosas. Otro problema que presenta es su rápida reproducción. Las hembras pueden poner más de 300 mil huevos y pueden vivir hasta cuarenta años.