Se cumplen seis meses del inicio de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia. A los miles de muertos, los millones de desplazados y un país destrozado, hay que sumarle cómo el conflicto está afectando a las relaciones internacionales y sobre todo a nuestro día a día.
Si en algo coincidimos todos es que seis meses después la vida está más cara. Los precios ya venían subiendo antes, pero la guerra aceleró la escalada, de forma que en julio la inflación en España alcanzó el 10'8 por ciento.
Tomarse un café, una cerveza, la ropa... todo ha subido. Y en primer lugar, la cesta de la compra. Lo estamos notando en tiendas y supermercados, donde al principio del conflicto faltaron algunos productos, como el aceite de girasol, y todavía hoy escasean algunas mercancías.
El encarecimiento de los productos ha provocado que "la carne haya disminuido su consumo un 13 por ciento, el pescado casi un 15, las hortalizas otro 13 por ciento... Por contra, el consumo de los alimentos procesados y ultraprocesados se está manteniendo o incluso aumentando su nivel de compra", asegura Roberto Serrano, portavoz de la Unión de Consumidores de Extremadura.
Repercusión en el hogar y la movilidad
También han cambiado nuestros hábitos de consumo de electricidad. Según las organizaciones de consumidores, hemos puesto menos el aire acondicionado y la calefacción, y hemos organizado las tareas domésticas en función de las horas más baratas. Y es que el precio de la luz no ha dejado de encadenar récords históricos. Hoy pagamos una media de 30 euros más al mes en la factura respecto a 2021.
Los carburantes son otro de los artículos que más están mermando nuestros bolsillos. Con la guerra el litro de combustible rápidamente superó los dos euros. El Gobierno reaccionó con la bonificación de los 20 céntimos, pero aún así los precios están mucho más altos. Algo que está influyendo en nuestra movilidad y que, por ejemplo, hace que ahora utilicemos menos el coche o concentremos nuestras tareas para ahorrarnos trayectos.
Por último, el sector del campo también está sufriendo el conflicto en Ucrania. En estos seis meses están escasenado los cereales y el alimento para los animales, y han subido fertilizantes y costes. En este sentido, España ha decidido aumentar este año la superficie de siembra de girasol en un 30 por ciento.