Extremadura es, según un estudio realizado por la consultora RANDSTAD, la comunidad donde menos se teletrabaja de toda España. Solo un 5% en la actualidad, 19.700 personas, 16.500 menos que durante el confinamiento de marzo. Ha habido una marcha atrás por falta de medios, pero no por falta de interés, según la Consejería de Economía, que ya ha recibido 740 solicitudes para las ayudas la teletrabajo y emprendimiento digital.
La Junta de Extremadura destina 3,5 millones de euros para ambas líneas de ayudas. El plazo sigue abierto hasta mayo y se financia hasta el 80%. Desde el Gobierno regional se anima a las empresas a adaptarse y cambiar sus modos de trabajo; Pablo García, Director General de Agenda Digital, explicaba que las empresas que no se adaptan van a tener más problemas para subsistir en un momento muy difícil como el actual, de ahí que desde la Junta se financie el 80% de esta reconversión.
Los trabajadores que ya desarrollan su labor desde casa consideran que el teletrabajo les permite conciliar mejor y protegerse frente al virus, aunque les resulta más difícil desconectar del trabajo y notan que se pierde el intercambio de ideas y el contacto con los compañeros. Por esa pérdida en las relaciones personales son muchos los que no quieren teletrabajar, aunque algunos han buscado un equilibrio combinando ambas modalidades. Eso sí, el teletrabajo es imposible en sectores como el sanitario, el del comercio o la hostelería.
La empresa nunca puede imponer el teletrabajo a un trabajador, y debe garantizar la salud laboral, como se recoge en la ley aprobada por el gobierno en septiembre. María José Ladera, secretaria de salud laboral de UGT, explicaba que se debe hacer una evaluación de riesgos laborales en el espacio donde se va a desarrollar el trabajo. Pero además, debe promover la desconexión digital y facilitar los mismos equipos. La ley, además, obliga a compensar a los trabajadores los gastos de electricidad o Internet.