Una cumbre con mucha historia
La primera cumbre Cumbre Hispanolusa fue en 1983. Felipe González y Mario Soares pusieron periodicidad anual a su histórica relación. Aquellos primeros años fueron para lo urgente: afianzar su papel en Europa, la lucha contra el terrorismo, y la cooperación a todos los niveles, especialmente el comercial. La energía, las comunicaciones y la gestión de los ríos comunes ocupó la década de los 90.
Promesa del AVE extremeño
Aunque la cumbre lleva se ha celebrado 35 veces, no fue hasta 2003 cuando Extremadura entró de lleno en el orden del día de estos encuentros. Aznar y Durao Barroso firmaron la decisión de que el Ave Madrid Lisboa, circulara por la región. Firma que posteriormente ha sido ratificada casi en cada nueva cita. Años después, los presidentes autonómicos fronterizos tuvieron presencia en los encuentros. Acuerdos energéticos, de infraestructuras y, en concreto, un centro de energías renovables en Badajoz, que nunca se construyó, y una estación internacional para el AVE, de la que nunca más se supo, son fruto de aquellas cumbres.
Sí prosperaron las decisiones conjuntas de lucha conjunta contra los incendios, de combatir el camalote en el Guadiana o de eliminar el roaming de los teléfonos móviles a ambos lados de la frontera. Los últimos años han sido los más fructíferos: la construcción del puente de Cedillo, la prolongación de la EX-A1 hasta Castelo Branco o el Centro de Investigación en Almacenamiento de Energía. Todas decisiones que comienzan a ver la luz.
El 80% de lo firmado durante estos 35 años de encuentros son declaraciones de buenas intenciones. A efectos prácticos sirven de poco, aunque establecen un marco fundamental para los intereses comunes.
Extremadura, a pesar de ser la comunidad con más kilómetros de frontera solo ha acogido la reunión en 3 ocasiones, dos en Trujillo y una en Badajoz.
Extremadura espera arrancar unos plazos razonables para el AVE en la XXXV Cumbre Hispanolusa