"En cuanto cayó la primera bomba llamé a mis vecinas, dos ucranianas, para preguntar por sus familiares". Así comienza la labor que Alena Patrakova está realizando para ayudar en lo que puede a los ciudadanos ucranianos. Ella es rusa.
Lo primero que hicieron Alena y sus dos amigas ucranianas fue enviar ayuda humanitaria a la frontera entre Polonia y Ucrania. Enviaron medicamentos, comida y enseres. Ahora, cuenta a Canal Extremadura, se encargan de hacer de traductoras de las familias que llegan a Plasencia huyendo de las bombas. También les asisten con todo lo relacionado con la documentación necesaria para permanecer en nuestro país.
Preguntada por cómo está viviendo su familia la invasión desde Rusia, Alena asegura que ellos lo que más están notando son las consecuencias económicas derivadas del bloqueo internacional. Les faltan productos y sufren subida de precios, explica. "Pero lo principal es que en Rusia sufren menos porque no informan tanto como aquí en España. Esas imágenes atroces no llegan a mi familia".