Ser mujer y además gitana supone la estigmatización de un colectivo que es especialmente vulnerable a la exclusión social. Hasta cuatro veces más que cualquier otro. Para combatirlo, durante los últimos siete años se ha desarrollado el Programa CALÍ. Han participado más de 4.600 mujeres. De ellas, 300 en Extremadura.
Una iniciativa pionera, cofinanciada por Europa, que ha puesto en marcha actuaciones para promover la igualdad de las mujeres gitanas desde un enfoque integral. Sólo en Cáceres han participado 152, de las que 14 han conseguido un trabajo.
El programa CALÍ, dicen desde la Fundación Secretariado Gitano, visibiliza el avance de la mujer gitana. Y representa, aseguran las protagonistas, "una oportunidad de no estancarte, abrir los ojos y aprender muchas cosas".