Los agricultores están ahogados. El precio de los fertilizantes se ha triplicado en poco tiempo, pasando en apenas dos años de 300 a 900 euros la tonelada. José Miguel Patiño cultiva patatas y nueces en Arroyo de San Serván, y lamenta que el precio del fertilizante, no es el único que ha incrementado su coste: combustibles, luz, abonos... todo ha subido y esto hace muy difícil la subsistencia para muchos agricultores extremeños.
Los costes también son más elevados para los fabricantes y vendedores de abonos y fertilizantes, como Lucas Porras, director de Ferticampo, que se ven obligados a repercutir esas subidas en el producto final pero, reconoce, son los agricultores los que se encuentran con los mayores problemas al no poder subir sus precios al mismo nivel de los de los costes de producción.
Ante esta situación, hay que buscar alternativas, y, asegura Lucas, están cambiando muchos abonos minerales por abonos orgánicos, que son más baratos y suplen la eficacia de los abonos minerales.
Los agricultores extremeños, contra las cuerdas
Si la situación continúa empeorando, a José Miguel podría no compensarle recoger la patata, con las pérdidas que eso conlleva. Unas pérdidas que, en las 30 hectáreas que él siembra, podrían ascender a 240.000 o 250.000 euros, lamenta.