La Asamblea de Extremadura ha aprobado una propuesta del Grupo Parlamentario Vox, apoyada por el Grupo Socialista, que pide otorgar subvenciones que ayuden al mantenimiento de bares en pueblos con menos de 500 habitantes. Esta medida, que busca combatir la despoblación, ha sido rechazada por el Grupo Popular, mientras que Unidas por Extremadura se ha abstenido.
La iniciativa consiste en la convocatoria de subvenciones anuales, con un importe máximo de 3.000 euros por establecimiento. Estas ayudas financiarán los gastos corrientes de bares, cafeterías y restaurantes, considerados "centros de ocio y convivencia". Los fondos cubrirán servicios esenciales como agua, electricidad, gas, calefacción, internet y televisión.
El diputado de Vox, Álvaro Sánchez-Ocaña, ha defendido la propuesta resaltando que, en los pequeños municipios, los bares son "verdaderos centros sociales" y "lugares de encuentro" para los vecinos, que cumplen un papel esencial en la vida comunitaria.
La postura de PP y Unidas por Extremadura
Sin embargo, el Grupo Parlamentario Popular ha mostrado dudas sobre la eficacia de la medida, argumentando que la falta de clientes es el principal problema de los bares rurales. Pedro Pablo González Merino, diputado popular, también ha criticado la ausencia de una propuesta económica clara detrás de la iniciativa de Vox.
Desde Unidas por Extremadura, José Antonio González considera que la propuesta es insuficiente y no está vinculada a una política integral para frenar la despoblación. Ha subrayado la necesidad de medidas adicionales, como la creación de empleo y la atracción de nuevos pobladores, incluyendo inmigrantes.