En el Valle del Jerte esta semana ha finalizado la campaña de recogida de cerezas más atípica que se recuerda. La recogida comenzó en pleno estado de alarma y ha tenido que hacer frente a varias inclemencias. Las granizadas provocaron que no se pudieran recoger las variedades más tempranas.
De hecho el granizo y la lluvia echaron a perder casi la mitad de la campaña, ya que esa fruta no se pudo recoger. "De los tres meses que habitualmente dura la campaña, este año sólo hemos recogido uno", nos cuenta Miguel Gándara, un agricultor de la zona.
Los precios se han mantenido
En la agrupación de cooperativas Valle del Jerte aportan los mismos datos. La producción se ha visto mermada a la mitad, nos cuenta el presidente de la agrupación, José Antonio Tierno, aunque los precios se mantienen.
"La cereza se ha estado vendiendo por el sur de Europa y España"
De hecho las exportaciones no se han visto afectadas por la baja producción de la campaña. "Nuestra cereza ha ido España y el sur de Europa como Reino Unido, Alemania, también Finlandia o Suecia", cuenta José Antonio Tierno.
La crisis sanitaria, el peor de los males
Y es que a pesar de que la crisis sanitaria se preveía como la mayor traba de la campaña, este año la cereza ha contado con otros factores en contra como el granizo o la lluvia, inclemencias que han hecho que la pandemia del coronavirus haya sido el menor de los males en la campaña de la cereza.