2 Agosto 2024, 19:14
Actualizado 4 Agosto 2024, 15:00

El escenario de Medusa no es fácil, ni el suelo, pero el coreógrafo Aleix Mañé tiene muy claro que la danza está al servicio de la obra, y así la ha pensado para Medusa. Aporta un código que facilita el entendimiento de la historia, como en la apertura, donde queda muy clara la presencia del guerrero.  

La danza suma desde la expresión corporal, traspasa la piel y el cuerpo para expresar las emociones que salen por la boca, nos explica Aleix.

La escenografía también queda integrada en la danza, como ocurre con las serpientes. Los actores y bailarines se suben a las serpientes, resbalan por ellas o la atraviesan.

Uno de los momentos más difíciles de la obra es la violación de Medusa por el dios Poseidón. En este caso, el director de la obra, José María del Castillo, tenía muy claro que tenía que representarla con la danza, un lenguaje muy poético capaz de expresar una situación de agresión y violencia desde otra perspectiva. Para los bailarines Elisabeth Biosca y Peter James ha sido un trabajo muy duro.

En general, todos los actores se han integrado en la disciplina dancística, dejándose llevar por Aleix Mañé. El coreógrafo destaca la capacidad que han tenido para jugar con su propuesta, desde Adrián Lastra, que baila como un bailarín más, Victoria Abril o Mariola Fuentes.

Y es que bailando se ve la vida de otra manera.

Medusa

 

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'Medusa' habla con voz propia