Mérida contará con una de las mayores plantas de tratamiento de aguas residuales del mundo. Basada en microalgas, se construirá en una parcela anexa a la depuradora de aguas residuales de la ciudad.
Será posible gracias al proyecto "H2020 SABANA", en el que colaboran Aqualia y el Ayuntamiento, y que contará con 9 millones de euros de financiación europea.
Depuración más sostenible
A través del tratamiento de estas microalgas se podrían depurar las aguas de forma más sostenible con menor consumo de energía y aprovechando su biomasa para la obtención de biofertilizantes, bioestimulantes y biopesticidas necesarios para la agricultura.
Como consecuencia de todos estos procesos de tratamiento, el agua residual puede volver a tener una segunda vida para su uso. Para ello se construirá un área de tratamiento de cerca de 20.000 metros cuadrados, donde se instalarán los denominados "raceway" (un carrusel de agua abierto con poca profundidad donde se cultivan las microalgas), que permitirán tratar 2 millones de litros al día y una producción de biomasa de alto valor cercana a las 200 toneladas al año.
"Mérida estará más cerca de convertirse en una ciudad plenamente innovadora y sostenible"
El alcalde emeritense, Antonio Rodríguez Osuna, ha asegurado que este proyecto sitúa a Mérida más cerca del objetivo de convertirse en una ciudad "plenamente innovadora y sostenible". Y ha añadido que va en línea con los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.
En la actualidad la tecnología usada para la depuración de aguas data de 1914 y consume mucha energía en el proceso. A nivel nacional depurar el agua supone el 1,5 % del consumo de energía nacional sin aprovechar las cualidades energéticas de las propias aguas residuales