Finalizamos el primer tercio del invierno astronómico y son muchas las fiestas que aparecen por amplias zonas del país para festejar el aumento de las horas de luz solar. En Extremadura tenemos el Jarramplas en Piornal, Las Carantoñas en Acehúche y las Danzas en Peloche. Todas ellas son de origen ancestral, posiblemente celta, y que se realizan en grupo, no de manera individual.
Unos ritos fuertemente arraigados en nuestros pueblos y que la Iglesia Católica no tuvo más remedio que "cristianizarlos" y adoptarlos dentro del calendario litúrgico anual.
Pero la fecha no es elegida al alzar. Por un lado, hacia el 20 de enero ya se ha consumido el primer tercio del invierno astronómico; por otro, es esta quincena es la más fría, por término medio. Por este motivo, la religión católica conmemora, además, a los "Santos Barbudos", aquellos religiosos con la barba más larga. Y es que está comprobado que el vello facial hace que la temperatura de la cara sea algo más elevada.
En cualquier caso, sea religioso o pagano, lo que no desaparece es el vínculo con la Naturaleza y el agradeciendo a la misma por tener más luz y un tiempo más suave, más templado que permita el futuro de la comunidad. Luego vendrán más fiestas como Las Candelas, a principio de febrero, a la mitad del invierno astronómico, y, como broche de oro, el Carnaval y la Semana Santa, ésta última con la primera Luna llena de la primavera.
Sobre estas costumbres milenarias y otros cultos al Sol Invictus hablamos con Domingo Barbolla, profesor de Antropología en la Universidad de Extremadura. Esta entrevista se emitió en "El Sol sale por el oeste" el viernes, 20 de enero de 2023.