El pasado martes, 11 de agosto, la presencia de un embolsamiento de aire frío en los niveles medios y altos de la atmósfera generó fuertes aguaceros en puntos de la meseta sur y de Andalucía. Aquí, en nuestra región, también sentimos los coletazos de severas precipitaciones en la zona de Valdivia, con pedrisco de varios centímetros de diámetro.
Las típicas tormentas de agosto
Es muy habitual que entre los días 8 y 12 de agosto se den episodios de tormentas en la península. Es un síntoma de que van decreciendo las horas de luz en todo el Hemisferio Norte y que la Circulación General de la Atmósfera desciende de latitud. Se favorece así la llegada de centros de bajas presiones y de núcleos de aire frío hacia la península.
Los ingredientes habituales
El día 11 de dieron los dos ingredientes más idóneos para facilitar la generación de intensos aguaceros: aire frío en altura y presión muy homogénea en superficie. En esta época del año muchas veces hablamos en El Tiempo de las “bajas presiones relativas”. Se trata de un núcleo de presión mínima que se forma al recalentarse el suelo debido a la alta insolación de estos meses. El suelo calienta el aire inmediatamente superior, obligándolo a ascender. En esa subida se forma el mínimo antes comentado. Dominan, por tanto, más lo efectos térmicos que los dinámicos. Y esto puede ser muy peligroso.
Peligroso si en las capas de la atmósfera inmediatamente superior hay aire frío. Cuanto mayor sea el contraste de temperatura entre la superficie y la altura, mayor es el “disparo térmico”. Se crean así vigorosas nubes de tormenta que llegan a los 12km de altura (y algunas veces, más) y en su interior se dan violentas corrientes de aire que arrastran a las gotitas de lluvia hacia los niveles más altos y fríos, originando el granizo.
La unión de estos dos ingredientes se dio ese fatídico día 11 de agosto. Días antes continuábamos rebasando los 35ºC en amplias zonas del país. En nuestra región, destacan los 39 de Navalmoral de la Mata y los 38 de Plasencia, según datos de Aemet.
Hacia el mediodía se gestaron los primeros núcleos tormentosos en las comarcas limítrofes con las vecinas provincias de Ciudad Real y de Toledo y después del mediodía se originaron en el tercio oriental. Se contabilizaron 1290 rayos en la provincia pacense. Aunque también destaca el núcleo tormentoso que se dio en la vega del Alagón.
Es por ello, que los totales de precipitación más relevantes los hallamos en ese sector oriental. Así, tenemos los 28l/m2 de Puerto Rey, los 14 de Peraleda del Zaucejo o los 12 de Herrera del Duque sin olvidarnos de los 17 de Montehermoso. Fuera de esta red, tenemos el dato de los 35l/m2 recogidos en Helechosa de los Montes.
Granizos como huevos
La comarca de Vegas Altas ha sido, sin duda, la zona más afectada por el intenso granizo de varios centímetros de diámetro. Municipios como Entrerríos, Guadalperales, Hernán Cortés, Medellín, Mengabril, Ruecas y Valdivia vieron cómo hectáreas de tomate y de frutales fueron, literalmente, arrasadas. Los daños se cifraron en varios millones de euros. Unas pérdidas que se añaden a las que provocaron las enfermedades por una primavera caracterizada con un exceso de precipitaciones.