El pasado lunes dimos carpetazo al invierno climatológico. Sí, en climatología el invierno empieza el 1 de diciembre y finaliza el 28 de febrero. El de este año ha sido un trimestre que ha pasado a los archivos climáticos de nuestra región como uno de los más secos desde que se hacen este tipo de estudios, según me comentan los compañeros de la delegación de Aemet en Extremadura.
En noviembre apenas llovió y diciembre siguió con la misma racha. Fue entonces cuando los meteorólogos, los agricultores y los ganaderos empezamos a poner las orejas tiesas ante una posible situación de escasez de agua.
Los peores augurios se confirmaban. Diciembre comenzó con tiempo seco y estable en toda la comunidad. Situación que se mantuvo hasta que en Navidades rompió a llover debido a la retirada hacia del sur del anticiclón, facilitando la entrada de vientos húmedos del oeste, trayendo las necesarias lluvias. El día 23 fue uno de los días más lluviosos de este invierno con cantidades superiores a los 50l/m2 en el norte de Cáceres.
Situación que permitió “salvar los muebles” y que provocó que diciembre no cerrase el mes con un vergonzoso 0 en sus cuentas de lluvias. Se acumularon más de 200l/m2 en las comarcas del norte, como en Garganta la Olla con 229. Cantidades mucho más discretas en las dos capitales provinciales, como fueron los 33 de Cáceres (bastante por debajo de la media) y los 49 de Badajoz (dentro de los valores habituales). En promedio, la precipitación en Extremadura durante ese mes fue de 69l/m2, valor que está un tercio por encima de lo habitual.
2022 no nos ha traído buenas noticias ni expectativas. Seguimos pendientes del cielo y, a pesar de los últimos episodios de lluvia, no pinta bien la cosa.
Arrancamos el año con la misma sintonía anticiclónica iniciada meses atrás y sólo fue interrumpida por esa semana de finales de diciembre que acabo de comentar. El mes de enero se cerró como otro mes seco en las dos provincias extremeñas. Tan sólo llovió la víspera del día de Reyes y los acumulados fueron bastante discretos. Lo justo para decir que llovió. En los casos más generosos encontramos poco más de 15l/m2 en puntos del norte porque en la provincia pacense apenas llegamos a los 5, como fue el caso de Badajoz con tan sólo 2. En resumen, enero cerró sus cuentas con un 11% de la lluvia propia del mes por lo que fue muy seco.
Febrerillo, El Loco: El último mes del invierno climatológico. Se mantuvo en la misma senda que sus predecesores, aunque existía la posibilidad de que, dada su variabilidad meteorológica, diese un vuelco a la situación y empezase a llover. Lo hizo a finales y de manera significativa en las comarcas del sureste como es el caso de Granja de Torrehermosa, con 35l/m2 en sus pluviómetros.
En el lado opuesto, en algunos pueblos del centro y del norte de la comunidad donde se dieron algunas lloviznas como fue el caso de Hervás con sólo 3l/m2. Otros, en cambio, no vieron llover. En conjunto, en Extremadura llovieron 6l/m2, muy lejos de los 45 que se toman como valor de referencia según las climatologías.
Echando la vista a lo que llevamos de año hidrológico (que empieza en octubre) el acumulado de lluvias alcanza los 190l/m2 de media en Extremadura, de nuevo un valor muy bajo respecto a los 336 que marca la media.