Fotografía: Valle del Jerte, Puerto González.
Tras el marzo más seco de lo que llevamos de siglo, el mes de abril nada ha tenido nada que ver. Comenzábamos abril con lluvia y lo hemos terminado de la misma manera. Un mes en el que ha llovido dos de cada tres días.
La primera tarde de abril ya nos dejaba imágenes como esta.
Lluvias que han descargado en todas las comarcas, aunque apenas han dado un pequeño impulso a los embalses antes de la llegada del verano. La cuenca del Tajo se encuentra tras las precipitaciones de abril al 74,5% y la del Guadiana al 38%, pero los grandes embalses de esta cuenca como La Serena, Cijara o el embalse de Orellana, apenas han recibido agua.
Abril nos ha dejado también algunos meteoros que poco suelen visitarnos en esta ápoca del año, como la niebla.
Un mes con temperaturas más bajas de lo habitual, no solo por las máximas, también por los frescos despertares que incluso nos dejaban algunas heladas débiles y puntuales.
Pero lo que sobre todo ha caracterizado este mes de abril que ya hemos despedido, han sido los chubascos y las tormentas. Algunos de ellos muy intensos acompañados de granizo y con pequeñas inundaciones, como los que venían de la mano de la borrasca Lola, la última borrasca nombrada de gran impacto. Esta tormenta pasaba en la tarde del 26 de abril por Villanueva de la Serena.
Aunque las tormentas nos visitaban en otras jornadas. Han sido 19 los días de lluvia en abril.
Un mes también de cielos con nubes muy interesantes.
De hecho, el balance del mes nos deja una anomalía negativa de horas de sol debido a la abundante nubosidad que nos ha visitado en los últimos treinta días.