En las últimas décadas se ha notado un descenso en la intensidad y en la duración de la tramontana. Este viento frío y seco de componente norte afecta al litoral catalán, norte de Baleares y sur de Francia. No se trata de la habitual brisa marítima, sino de la disposición de los centros de anticiclones y de borrascas. Y esto podría estar vinculado con una alteración de la circulación atmosférica, como es el aumento de las situaciones de bloqueo anticiclónico en el invierno.
Hablamos con Ramón Pascual, delegado de AEMET en Cataluña, y con Sergi Corral, observador en el municipio de L'Escala, ambos autores del trabajo.
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