El volcán de Cumbre Vieja en La Palma, entró en erupción el pasado domingo. Desde entonces son cientos de toneladas de lava la que se dirigen al mar arrasando a su paso todo lo que encuentran sin piedad alguna.
Pero lo que está ocurriendo en Canarias, a miles de kilómetros de distancia, puede tener su repercusión en Extremadura. Los modelos marcan para el viernes la presencia de un núcleo de bajas presiones en el entorno de las Madeira y Canarias que impulsarían vientos de componente sur hasta la península, arrastrando polvo, ceniza y gases tóxicos.
Si la situación no cambia demasiado, parece ser que la peor parte se la llevarán en el Mediterráneo; mientras que aquí, en Extremadura, los contaminantes no serán muy abundantes.
En cualquier caso, se trata de una situación complicada debido a la presencia de la lluvia. Estos gases contienen óxidos de nitrógeno y de azufre, entre otros. Al reaccionar con el agua forman ácido nítrico y ácido sulfúrico, dos compuestos químicos muy corrosivos.
No estamos hablando de un grave peligro para la población. No. Pero tendrá incidencia (en el ya de por sí maltratado) en el medio ambiente.