El de la tierra mojada es probablemente uno de los aromas de la naturaleza más reconocibles y más agradables y ahora que se acerca el otoño, ya también esta semana con un ambiente más húmedo y lluvioso, vamos a hablar un poco más de este curioso olor.
Estos días seguro que todos habéis comenzado a percibir ese aroma que, aunque lo solemos llamar “olor a tierra mojada” u “olor a lluvia” recibe el nombre de Petricor. Fue bautizado así por dos geólogos australianos en un articulo publicado en la revista Nature en 1964.
La palabra Petricor se forma a partir de los términos griegos 'petri' (piedra) e 'icor' (el fluido que corre por las venas de los Dioses)
La Geosmina y las bacterias
Todos sabemos que el agua (además de muchos otros atributos) es inodora, no desprende olor y que solo las sustancias que lleva disueltas o las partículas que arrastra en el caso de que hablemos de lluvia pueden alterar esta característica, así que la pregunta es ¿Por qué cuando hablamos de estos primeros días de lluvia se produce este olor tan característico?
La respuesta la encontramos en una especie de aceite que desprenden las plantas para proteger a sus semillas del estiaje y en las bacterias que habitan determinados tipos de suelo. A una en concreto, a la Streptomyces coelicolor que con su trabajo de descomposición del material vegetal produce una sustancia química llamada Geosmina
Así cuando todas estas sustancias, las de los aceites de las plantas y la Geosmina que impregnan los suelos reciben las primeras gotas de lluvia se liberan todos estos aromas y percibimos ese agradable olor a tierra mojada y a aire limpio. Aunque a esta sensación de “olor a limpio” también puede ayudar la propia lluvia, que arrastra todos los aerosoles (contaminantes o no) de la atmósfera y a la presencia, sobre todo en episodios de tormenta, de un aire con más ozono. Aunque de esto último, del aumento del ozono que provocan las tormentas ya hablaremos otro día.
Geosmina significa literalmente "aroma de la tierra"
Un olor que es más intenso cuanto más se ha alargado la época de sequía, por lo tanto, es muy característico de las primeras semanas del otoño y que es un reclamo para muchas especies, entre ellas la nuestra para poder localizar la presencia de agua líquida en entornos secos.
Incluso diluido en partes por millón los seres humanos aún podemos detectar este característico olor.