Lo que conocemos como un golpe de calor, es un shock térmico, uno de los casos más graves de hipertermia y del que hay que tener constancia principalmente en verano debido a las altas temperaturas. Situaciones frecuentes en Extremadura cuando se alcanzan y superan los 40ºC.
La falta de hidratación que sufre el cuerpo en el proceso termoregulador hace que algunos órganos dejen de funcionar de la manera en que lo hacen habitualmente y suele precisar de acción médica urgente.
El riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta en las primeras 24-48 horas de una ola de calor ya que el organismo aún no se ha aclimatado. Cuando tenemos calor, el organismo suda para regular la temperatura corporal sin embargo, cuando la temperatura exterior es muy alta lo hace más lentamente y si no se han tomado precauciones o medidas adicionales algunos órganos alteran su función y se desencadenan los síntomas.
Debilidad, mareos, pérdida de consciencia, hiperventilación, palpitaciones, ausencia de sudor o enrojecimiento de la piel.
Los grupos más vulnerables a sufrir un golpe de calor son las personas mayores, niños, lactantes, personas con enfermedades crónicas o personas con obesidad entre otros, personas con alguna discapacidad que no les permita tomar medidas protectoras sin ayuda y pacientes que con tratamientos diuréticos, psicofármacos, betabloqueadores o antihistamínicos entre otros.
A cada persona le puede afectar de manera diferente, sin embargo ante un golpe de calor las autoridades recomiendan acudir de manera inmediata a los servicios de urgencias.
En el vídeo que te mostramos recordamos algunas pautas a tener en cuenta para prevenirlo.