Maryan Kovba ya puede respirar más tranquilo. Atrás quedan días de zozobra tras la invasión rusa de su país. Después de una tensa espera, hoy ha podido abrazar a su familia ucraniana.
Han llegado a Barajas esta tarde, y su familia de acogida nos ha grabado el feliz reencuentro.
Maryan es un joven ucraniano de diecisiete años que lleva una década viviendo en Plasencia junto a sus padres de acogida, Antonio y Margarita. Juntos han gestionado la llegada de su otra familia, la de Ucrania, formada por un hermano, una hermana y varios sobrinos que han conseguido huir del horror de la guerra.
“Estoy nervioso por la guerra pero además por lo preocupados que están mis padres. De momento están lejos, pero en un momento dado puede llegar a nuestra casa o incluso llevar a mi padre y a mis hermanos a servir al ejército allí”, nos confesaba antes de reencontrarse por fin con ellos.
Ahora podrá tener juntas en Extremadura a sus dos familias. Con la española la adaptación no fue fácil. Margarita recuerda como le costó adaptarse a su nuevo hogar por la incertidumbre que rodeó su salida del país y el no saber si volvería a su tierra.
Según nos cuenta, Maryan llegó a Extremadura con muchas carencias afectivas, "era desconfiado y extrovertido", relata. Tras años de convivencia, Antonio habla con emoción del que considera su "hijo a todos los efectos" y considera a sus hermanos y sobrinos como su propia familia.
Ahora, todos juntos y desde Plasencia, seguirán lo que ocurra en su país con la invasión rusa y deseando que todo acabe pronto para reencontrarse con aquellos que no han podido o no han querido huir.
Maryan, ucraniano en Plasencia, se reencuentra con parte de su familia, huida de la guerra