Pasada la resaca emocional del hallazgo de los rostros de Tarteso, que revolucionaron el mundo de la arqueología, 11 meses después hay que seguir excavando. Porque el imponente edificio tartésico de El Turuñuelo, único en la península, tendría que tener una puerta. Y podría estar debajo del muro romano que acaban de encontrar.
Buscan en la parte este del túmulo, porque según Esther Rodríguez, arqueóloga y codirectora del yacimiento, las puertas de los edificios tartésicos y fenicios estaban siempre orientadas al sol, al oriente.
El otro objetivo es saber más de los rostros hallados la campaña pasada. En Madrid, en el Instituto del Patrimonio Cultural de España, se estudia de qué cantera proceden, si es local o extranjera y si estaban policromados: hay restos de rojo y amarillo.
En el yacimiento, mientras, esperan conocer dónde estaban ubicados. Dice Esther Rodríguez que sería fundamental hallar alguna parte más de estas esculturas in situ, para así saber dónde se colocaron y qué significado podrían tener: "Si estaban por ejemplo en una puerta, en un lugar público".
Y no es lo único que continúa investigándose. En Bruselas se ha logrado secuenciar el ADN de Desiderio, como apodan los arqueólogos al individuo cuyos restos aparecieron en el yacimiento. Lo depositaron allí sus habitantes, pero su cuerpo fue afectado por el posterior incendio. Con este análisis, se sabrá más sobre él y sus antecesores: si eran de aquí o del Guadalquivir o si venían, en cambio, de más lejos, quizá del Mediterráneo. En verano, se tendrán los resultados.
Siguen además, estudiando las esteras y semillas que aparecieron en la última campaña. Hay vasijas que se han podido reconstruir prácticamente completas. Podrían haber contenido cebada. Aparecieron muchas semillas. Eso y además también, restos de madera de pino, lo que apunta a puertas, ventanas o a posible mobiliario con esa madera.
En el equipo repiten las mismas 14 personas del año pasado. Se ha desenterrado el 40% del yacimiento. Es el décimo año de excavaciones. Y el primero en que cuentan con una partida específica de la Junta: 200.000 euros.
Los arqueólogos vuelven al Turuñuelo con el objetivo de hallar la puerta monumental
