Extremadura es destino idóneo para los amantes del termalismo. A lo largo y ancho de la región encontramos diferentes opciones para darnos un buen capricho. Uno de ellos son los baños históricos, como el que podemos disfrutar en uno de los veteranos de la región: El Raposo. Cumple 100 años como balneario, pero su origen se remonta al siglo XIX.
Centenario del Balneario El Raposo
100 años dan para mucho, también en el Balneario El Raposo. Echó a andar en 1922 como una casa de baños y se ha convertido en un templo de la salud en nuestra región. Fue un hecho aislado el que llevo Fernanda Durán, dueña de los terrenos en aquel momento, a investigar e interesarse por la calidad de las aguas y los lodos de aquel lugar.
La cochina y el arroyo
Un hecho del que nació el germen de un gran proyecto empresarial. Corría el año 1860 cuando una cochina, que tenía problemas para seguir a la piara, paró a bañarse en el arroyo. A partir de ese momento el pastor noto como mejoraba su estado físico: las aguas bicarbonatadas, magnésicas y cálcicas curaron al animal.
Que esas aguas y lodos eran medicinales se descubrió a finales de siglo XIX y a partir de ahí el Balneario El Raposo no ha parado de innovar en tratamientos. Ha cambiado de manos, de dirección. Ha sufrido transformaciones, obras, ampliaciones pero siempre buscando ofrecer el mejor servicio al cliente y aliviar sus dolencias..
También ha lanzado una línea de cosméticos, Balcare, y ha puesto en marcha una marca ecológica Yerbal. Un negocio que va de generación en generación buscando siempre la ampliación y diversificación.